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ISSN 1989-4163

NUMERO 11 - MARZO 2010

 

Aire Nuestro

Agustín Fernández Mallo

Autor: Manuel Vilas. Editorial Alfaguara. 259 páginas.

Me resulta difícil hablar de uno de los libros más extraordinarios que he leído en años. Aire nuestro, de Manuel Vilas (Alfaguara, 2009). Un libro que me deja en estado de shock. Hace un mes que lo tengo, y no he podido parar de releerlo, ni de mirar su portada (Kent Ave B, original del ilustrador israelita Tomer Hanuka) elegida por el propio Vilas: Manhattan visto desde una esquina llena de basura de Brooklyn, basura profundamente bella, basura del otro lado del río. Esa otra orilla de la realidad, de la literatura, es la es la que nos propone Vilas. Spinoza, el gran panteísta, decía que Dios vivía en todas las cosas, Manuel Vilas también parece advertir una presencia en todas las cosas: la Vida, nuestra vida. Manuel Vilas celebra la Vida desde la singularidad, desde lo raro, algo que pocos escritores son capaces de hacer. En Aire nuestro nos lo muestra todo: de la MTV a Zapatero metido a profesor de inglés de la ESO, del coche de Tony Lomas perdido en un desierto de Marruecos a un surreal Johnny Cash recorriendo la España de los años 70 en un Dodge y empeñado en cantar en la Catedral de Santiago He Turned The Water Into Wine ante el arzobispo, quien acto seguido encarga todos los discos de Cash y llora amargamente recordando a su madre, también nos habla Vilas del Vaginismo, particular movimiento de liberación sexual encabezado por una tal Manuela Vilas (primer caso de cambio de sexo en las letras españolas), y de un ciego -que es él- que viaja a Nueva York, invitado por la Cofradía de Los Poetas Latinos del Último Don para una misión muy especial, y que en el curso de ese viaje se empeña en conocer a la madre de Lou Reed y de Frank Zappa, y las conoce y habla con ellas, y ellas le hablan de sus hijos como quien habla de una piedra preciosa perdida para siempre en el fondo de un lago, y también nos habla Vilas de Sergio Leone en el Purgatorio, allí con John Ford, con Kurosawa y Orson Welles, y Tarantino, y en ese purgatorio Dámaso Alonso y Laín Entralgo observan una foto de Carla Bruni, y tienen un método para poder oír los pensamientos de los retratados en las fotos, y hacen un descubrimiento increíble: los pensamientos de Carla Bruni son una hoja en blanco, puro silencio, y Paul Bowles compra coches españoles, Seat 850, y se los lleva a Nueva York, y el Che se le aparece a Fidel, y hay dos americanos interesados en las propuestas del Nuevo Vaginismo, y estos americanos organizan una cena con intelectuales entre los que se encuentran Simon & Garfunkel, Ana Belén y Víctor Manuel, Paulina Rubio, Paul Auster y Miquel Barceló.  Y su particular visión de los últimos días de Machado, también están en Aire nuestro los últimos días de Machado. Todo esto y mucho más, muchísimo más, pasa por las páginas del libro. Y en todo lo que cuenta hay una celebración de las cosas, en el sentido de que hasta en el paisaje más distópico siempre hay algo humano, algo que nos lleva a la empatía, al poema, al delirio común que hay en todas la cosas, delirio que finalmente se nos hace no sólo creíble, sino necesario. O a la inversa, muestra la racionalidad que hay en todo delirio; da igual, el territorio de Aire Nuestro -nuestro aire-, es un fluido de ida y vuelta: no hay poro por el que no se nos cuele y allí, en buena metáfora, haga su trabajo. Y todo es narrado con la sensibilidad, frialdad y precisión del también extraordinario poeta que es. Resulta difícil saber cómo se las apaña para, en toda esa extravagancia, en toda esa sátira y fractura de la realidad, descubrirnos aquello que nos conmueve a todos. Ése es el objetivo de toda literatura bien hecha. Cómo es posible conmoveros ante un viejo y lloroso fantasma de Elvis, aparecido a los pies de la cama de un tal Manuel Vilas para hablarle de una conspiración planetaria, "una máquina diabólica que engorda cuerpos a la velocidad de la luz." Del humor a la conmoción, -y viceversa- hay un paso, el paso Vilas. Impresionante.

Manuel Vilas, es, sin duda, el Tarantino de nuestras letras, ése que, haga lo que haga, siempre sorprende con piruetas 100% Vilas, es nuestro ciberpunk buñuelista, como si Buñuel se hubiera metido a ciberpunk, o como si Ballard regentara un chiringuito en Benidorm, pero sobre todo es un narrador inmenso, de esos que no pueden imitarse sin caer en el ridículo, y con los que siempre te estás preguntando, ¿cómo es posible que pueda dar un paso más, qué será lo siguiente que haga? Y siempre lo hace, siempre consigue dar ese paso adelante con una inteligencia y humanidad fuera de lo común.  Y enmudeces. Porque los libros de Vilas son humanos, muy humanos. Aire Nuestro es, en mi opinión, su mejor libro, la confirmación -para todo aquel despistado que aún la necesitara- de que Vilas ha construido lo propio de todos los creadores de altura: un cosmos único, un territorio irrepetible, un estilo inimitable. Y poético, muy poético. Algo que ya nos había dejado claro con su anterior novela España (DVD ediciones). Aire nuestro,  nuestro aire, ¿es que puede haber un título que nos hable más claramente de algo que nos atañe a todos?: los pulmones.

Leer el artículo completo en: http://www.alfaguara.santillana.es/blogs/elhombre/2/blog-post/420/aire-nuestro-de-manuel-vilas-ya-esta-aqui/

 
 

Aire Nuestro

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